Confieso que el título es un claro guiño a la película aquella. Pero vayamos al tema.

Hace un puñado y medio de años, después de comenzar a proteger los spits con tornillos¹⁾ y junta de goma, se me ocurrió sumergir ambos elementos (spit, arandela y tornillo) en salmuera y dejarlos así un tiempo… para observar como se iban deteriorando.

Hace unos 14 años largos que cerré el frasco y así han estado hasta ahora… ¿que habrá ocurrido?

¡¡Pop!!

Tanto el spit como la arandela y el tornillo muestran una capa mas o menos uniforme de corrosión (tal vez el término mas adecuado seria "pasivado") blanca. Como podemos apreciar en las siguientes fotos…

Despues de secarlos, para eliminar la capa superficial de oxido, los sometemos de nuevo a un baño de ácido acético suave y alcohol.

Al dia siguiente, el óxido ha sido reemplazado por un atractivo pavonado mate con tono de grafito. No es el cálido bronceado del "pavón Trubia" pero tiene su encanto

Conservo también un spit y un tornillo del mismo lote del que, hace 14 años, metí en salmuera. A modo de curiosidad vamos a medir el galvanismo de esta combinación: electrolito²⁾, tornillo y spit.

Primero hacemos una medida flotante, para evaluar el nivel de ruido en la medida. Como era de esperar el medidor indica 0 mV.

Conectamos una punta al spit y otra al tornillo. Observamos una diferencia de potencial de 15 mV.

Ahora hacemos una medida, no muy rigurosa, de la corriente eléctrica que circula entre ambos elementos. apreciamos casi unos 9 μA. Observar que, a diferencia de la tensión, la corriente depende de la superficie total sumergida en el electrolito. Aquí es muy pequeña por que la superficie sumergida del spit y el tornillo es muy pequeña.

Repetimos la media de corriente en modo flotante para descartar ruido en la medida y obtenemos 0 μA, como debe ser.

Y nada mas.